Patrimonio Industrial nacional e internacional

PATRIMONIO INDUSTRIAL - INDUSTRIAL HERITAGE - PATRIMOINE INDUSTRIEL

martes, 7 de febrero de 2012

Oleoturismo, el turismo industrial del aceite.

Las alternativas que nos ofrece el turismo industrial frente al turismo tradicional son muy numerosas, entre ellas hoy os quiero hablar del OLEOTURISMO.
El Oleoturismo es el turismo que trata sobre el aceite de oliva y todo su mundo; eso quiere decir visita a instalaciones de producción, a almazaras, a paisajes oleícolas (impresionantes cultivos de olivos), realizar catas de aceites y que te muestren una cultura tan tradicional para nuestro país como es la producción del aceite de oliva. Se considera parte del turismo gastronómico, aunque considero que va más allá de este por englobar todo lo que os he apuntado anteriormente.
http://www.orgullorural.com/

Existe una red muy extensa sobre este turismo, además de haber gran cantidad de webs y blogs que hablan sobre el mismo y de ofrecer alternativas de visitas, excursiones, viajes y catas.
Entre las múltiples páginas existentes os pongo las que más me han llamado la atención:

Portal Oleoturismia

Una página muy completa que trata sobre este turismo y las múltiples actividades que se pueden realizar, que lugares visitar, etc. Incluyendo lugares donde hospedarse, si queréis información sobre este tipo de turismo esta página os ayudará.

Oleoturismo en la Sierra de Cazorla
Actividades de oleoturismo programadas por Agraria OLEARUM, realizan visitas y catas de aceites.

Rutas del Sur. Córdoba y el aceite
En este interesante link podéis encontrar 8 rutas del aceite en Córdoba.

Oleoturismo en Bujalance.

Tiene una página muy completa donde se puede leer sobre la historia del aceite de oliva, su elaboración, las propiedades que tiene, las catas, paisaje, su ¡ndustria, etc.
Te ofrecen una ruta completa de una duración aproximada dde 4 horas.


En otras entradas os iré poniendo otras rutas y páginas que traten sobre este turismo.

El oleoturismo es una magnífica manera de descubrir y conocer más cosas sobre nuestro patrimonio histórico y cultural, pues la cultura del aceite ha sido y aun es de gran importancia para nuestro país, siendo de gran interés la promoción del mismo.
Es muy habitual la aparición de noticias y reportajes de turismo que traten sobre el oleoturismo, aquí os presento algunos de ellos. En el pasado mes de enero aparecieron más noticias debido a la feria FITUR 2012.

El aceite de oliva, la estrella
En una Feria como Fitur, en la que lo turístico se promociona a nivel internacional, el aceite de oliva virgen extra de Jaén no podía faltar. El oro líquido se ha convertido en uno de los productos gastronómicos más atrayentes para los visitantes y ayer se pudieron degustar en el expositor de la Diputación de Jaén, hasta donde se desplazó el cantante Raphael, que saboreó los líquidos.
Las personas que se han acercado ayer al stand de la provincia en Fitur han tenido la oportunidad de saborear, conocer y apreciar las sabores y cualidades de los aceites de oliva virgen extra que se engloban bajo el distintivo 'Jaén Selección 2012'. En la segunda jornada de esta muestra turística, el oro líquido jienense fue protagonista.
 El presidente de la Diputación Provincial de Jaén, Francisco Reyes, acompañado por la diputada de Turismo, Ángeles Férriz; la delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Jaén, Purificación Gálvez; el delegado provincial de Agricultura, Roque Lara, y el presidente de la Federación Provincial de los Gremios de Hostelería y Turismo (FTH) de la provincia de Jaén, Luis Carlos García, participaron en la degustación de los aceites. “Todos representan la calidad de nuestros jugos, su exquisitez y su incomparable sabor”, ha resaltado Reyes, que ha animado a los visitantes a que participaran en esta degustación porque es “una experiencia inolvidable para todos los sentidos, y de paso, una buena aportación para el cuidado de la salud”.
 Las empresas y cooperativas productoras de los siete aceites de 'Jaén Selección 2012' recibieron una placa conmemorativa.
La Red de Juderías de España-Caminos de Sefarad, de la que es miembro de pleno derecho el Ayuntamiento de Jaén, firmó ayer un convenio en FITUR con la empresa Productos Campos de Arjona para comercializar el Dulce Sefardí de Nueces, Naranjas y Especias, ganador del primer Concurso de Repostería organizado por la Red en 2005.
 La edil de Cultura, Cristina Nestares, recordó que “este convenio constituye un primer paso para la Red para distribuir este dulce como un producto ‘gourmet’ propio en el mercado nacional e internacional”.
 La empresa Productos Campos ha elaborado un diseño propio y diferenciado del dulce sefardí para comercializarlo en tiendas de delicatessen y productos alimentarios selectos. Ahora estudian su distribución incluso en las tiendas y firmas ubicadas en los aeropuertos.
Por otra parte, la delegada del Gobierno, Purificación Gálvez, junto al presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, asistió ayer a la presentación en FITUR del nuevo Museo Activo del Aceite de Oliva y la Sostenibilidad, que próximamente abrirá sus puertas en el Parque Científico y Tecnológico Geolit. Este nuevo recurso ha sido promovido por la Fundación del Olivar y cuenta con una inversión de 7,3 millones de euros, aportados por la Administración provincial y el Gobierno andaluz, con una contribución de más de 4 millones.
 Gálvez resaltó el impulso que supondrá para la oferta turística jienense. “Significará un revulsivo para el oleoturismo, ya que viene a complementar la creciente red de atractivos y recursos turísticos en nuestra provincia relacionados directamente con el olivar”, dijo.

La DO Aceite del Campo de Calatrava impulsa el oleoturismo

Oleoturismo, un viaje al mundo del olivar.
Interesante reportaje de Olatz Ruiz donde se da una visión exhaustiva sobre este mundillo.
El oleoturismo es un fenómeno relativamente reciente por el que el visitante de las rutas del aceite busca disfrutar de la naturaleza, de la gastronomía y del patrimonio cultural a partes iguales. Si primero fue el vino la 'estrella' gastronómica que desató el interés de un nuevo tipo de turistas, después llegó el olivar y el aceite de oliva, un paisaje y un producto que es seña de identidad de gran parte del territorio español y muy especialmente de Andalucía.
Las rutas del aceite se han visto como un complemento económico muy interesante para zonas rurales, más aún cuando la producción de aceite ha dejado de ser rentable para muchos olivareros. Y en las ciudades muchas personas buscan salir de ellas en busca de algo más que naturaleza.
Imagen del artículo
En este sentido, las rutas del aceite que han proliferado por las comunidades productoras suelen ofrecer desde la visita a los campos de olivos, a veces coincidiendo con la recogida de aceituna como ocurre en estas fechas, a la visita a las almazaras (donde se extrae el aceite), preferentemente antiguas y que forman parte del patrimonio cultural, y se completa con catas para paladares principiantes que aprenden a distinguir entre las variedades de aceituna más comunes y desgustaciones de la gastronomía local, siempre con el aceite de oliva como protagonista.
Viajes programados
Según un estudio de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Córdoba sobre esta actividad, así es el perfil socioeconómico del oleoturista: Mayoritariamente se trata de hombres (aunque es una modalidad de turismo bastante familiar), de edad superior a los 45 años, con un nivel de renta entre 1.001 y 1.500 euros, personas casadas y pertenecientes muy mayoritariamente a zonas urbanas.
Desde hace años, hay viajes programados para estas rutas del aceite. Una de las más conocidas y completas tiene como punto de partida Madrid y está organizado desde la tienda-escuela El Alambique. Tan sólo hace falta reunir a diez personas con ganas de viajar y conocer el mundo del aceite y estar dispuestos a pasar tres o cuatro días con el centro de operaciones en un cortijo de labranza, que data del siglo XVII, transformado en un alojamiento rural donde se imparten clases relacionadas con la gastronomía local.
El viaje con destino a comarcas de Sevilla y Cádiz incluye la visita a una almazara de más de 200 años, donde se elabora el aceite totalmente a la antigua usanza, con la antigua maquinaria todavía en plena forma: las aceitunas se trituran con las tradicionales piedras de molino y la pasta se prensa en los capachos de esparto. Es, prácticamente, la única almazara andaluza que elabora toda su producción de esta forma.
Además de conocerse el mundo del aceite se visitan bodegas, hornos de pan y se degustan platos de la cocina típica andaluza. "En las últimas semanas estamos recibiendo bastantes peticiones" dicen desde El Alambique.
Desde Andalucía y el medio rural, hace unos años el oleoturismo despertó gran entusiasmo que no siempre se ha sabido mantener y la crisis económica no ha ayudado precisamente. Los pueblos olivareros, muchos de ellos agrupados en la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO) vieron en el oleoturismo una posibilidad de desarrollo y se lanzaron a aprovecharla.
Imagen de la noticia

A partir de 2004, AEMO promueve el proyecto Oleoturismo que auspicia la Diputación de Jaén, impulsando una red de intercambio de experiencias, relacionadas con la valorización turística de los recursos locales asociados a la producción del aceite de oliva, en la que participaron siete países mediterráneos.
Más allá de los proyectos y estudios, están las iniciativas más tangibles. Entre ellas, la 'vía verde' de Jaén, que puede complementarse con visitas culturales a las ciudades de Úbeda y Baeza, referentes del patrimonio artístico de la provincia. Hay algún municipio olivarero, como el cordobés de Bujalance, donde se explota muy activamente el valor del aceite de oliva. Por 25 euros por persona se puede visitar el pueblo, las fincas de olivos, las almazaras y caldererías, y culminar la mañana con un almuerzo en los restaurantes de la localidad para degustar un almuerzo cordobés con el aceite de oliva virgen extra como protagonista por otros 10 euros más.
También se visitan asiduamente almazaras de la Sierra de Cádiz o del interior de la provincia de Málaga, como en la comarca de Los Montes y algunas firmas punteras en el aceite de oliva. En todo caso, casi todas las denominaciones de origen del aceite de oliva ofrecen rutas turísticas, y muchas empresas ofrecen la venta directa de sus productos a los visitantes.
Eso sí, se echa en falta una mayor coordinación entre municipios, marcas, profesionales de la cata, restaurantes, y hoteles para ofrecer una visita completa y que anime al público a desplazarse al campo. Aunque hay interesantes excepciones, como la Fundación de Juan Ramón Guillén, del grupo Acesur, que se ha puesto manos a la obra a editar la primera guía de oleoturismo de Andalucía.
Puntos débiles
Por otro lado, el estudio de la Universidad de Córdoba revela importantes carencias en la organización y desarrollo de las rutas oleoturísticas y las actividades programadas. Las características del viaje realizado por este tipo de oleoturista muestran que el 63% de los encuestados no pernoctan en la zona a consecuencia de la reducida infraestructura hotelera, uno de los principales frenos a la consolidación de este turismo. Es por esto por lo que la mayor parte de las visitas que se ofrecen desde Andalucía apenas duran media jornada.
No obstante, muchos de estos turistas están dispuestos a volver a la zona debido a su alto grado de satisfacción con las visitas a las almazaras realizadas. Esta disposición a regresar para completar la visita podría generar riqueza en la zona, creando empleo en el sector de la restauración-hostelería y de la artesanía, pues más del 35% de los turistas no se han llevado ningún recuerdo (cerámica o productos típicos) al no existir tiendas especializadas de recuerdos.
Comparaciones
La falta de infraestructuras hoteleras y sobre todo la falta de coordinación entre los proyectos de oleoturismo y casas rurales de la zona, tiendas de souvenirs, restaurantes o museos, pone de manifiesto que en el oleoturismo falta mucho para que pueda equipararse con iniciativas punteras y de gran éxito e importante rentabilidad como son las del enoturismo, el turismo del vino.
A pesar de que en Andalucía existen centenares de cooperativas olivareras en plena producción y se asientan grandes firmas del sector, en pocos casos han seguido el camino de vino. Aunque las comparaciones resulten odiosas, el enoturismo ha dejado incluso muestras de arquitectura puntera para acoger bodegas de importantes marcas y que se prologa también a hoteles y 'spas' modernos que incluyen en su oferta tratamientos a bases de vino y uva.
En definitiva, venden un 'estilo de vida' que no aparece como valor añadido en el oleoturismo, generalmente carente de ese punto de sofisticación. Sin embargo, el aceite de oliva, tan apreciado como cosmético en países como Japón, no ha encontrado ese aprovechamiento de cara al turismo nacional e internacional.

Camino al rescate del “oro verde”
Artículo de Juan Pedro Simo
El paisaje de la deliciosa campiña jerezana está alterado. Un mar de viñedos han dejado un ‘oasis’ donde ha vuelto a resurgir el olivo. Estamos en el caserío de la finca ‘Lomopardo’, a mitad de camino en dirección a Estella. Desde el caserío, hay vistas privilegiadas de las 150 hectáreas de olivar que, desde hace unos tres años, bordea la carretera. Al fondo, la autopista a Sevilla. En el oeste, el monasterio de La Cartuja y, al otro lado, un vasto terreno de viñedo que se extiende hasta el parque de Las Aguilillas. Y, entre medias, el sueño cumplido. Esta es la aventura de un soñador que levantó un enorme olivar en medio de un cultivo alicaído. Lo hizo en recuerdo de su padre Francisco,  que tanto amó el campo en vida y al que la muerte le impidió asistir al ascenso de su hijo Manolo, Manolito, que a sus cuatro años ya se encargaba en Las Cabezas  de cuidar a los cochinos.  No debe haber  peor desgracia para un hijo que ésa: De cuidar gorrinos a reconocido empresario. Y Francisco en su tumba.
La vida de Manuel Caballero Gordillo, un hombre nacido en Las Cabezas pero jerezano de adopción, ha sido esa, la del hombre que, con escasos estudios,  consiguió una buena posición y modo de vida. Manolo es un hombre hecho a sí mismo. Todo ello gracias a sus dotes de observación, su buen ojo en los negocios y un enorme don  de amigos. Todo ello mezclado con grandes dosis de esfuerzo,  habilidad y sacrificio. Su vida ha sido trabajo, trabajo y más trabajo. No parecería, de lo contrario, nada normal embarcarse a sus 68 años en una aventura que ha supuesto una inversión curiosa sin descuidar su trabajo en la estación de servicios de la ronda este, un día tras otro, domingos incluidos.
Manolo fue siempre un gran observador. Cuando se estrenó en un taller mecánico con sólo 14 años, echaba más horas de lo obligado para seguir el trabajo de sus compañeros, adquiriendo más conocimientos para su formación. Con el olivar ocurrió lo mismo. Se planteó el proyecto pero carecía de experiencia. Se informó por unos y otros, consultó aquí y allá, se empapó de lo habido y por haber y se puso manos a la obra para levantar 38.000 plantas sobre aquellas tierras de albariza, tan ricas para el olivar, y un sistema de riego por goteo. Ahora, el campo es una obsesión para este hombre, otra ilusión cumplida.
Han pasado ya tres años del comienzo y la primera cosecha ha dado de sí unos 80.000 kilos de aceituna monovarietal de la variedad arbequina. La previsión para 2013, será aún mayor. Los olivos crecerán y darán mayor cantidad de fruto y si sumamos a la producción los 8.000 olivos de la variedad hojiblanca, nos ponemos en más del millón y medio de kilos. “Tengo dinero y lo coloco, que dé sus frutos. No me preocupa qué pasará cuando falte”.
Bueno, ¿y qué es la arbequina? Son interminables las variedades de aceite de oliva que se extienden por nuestros campos, aunque ninguna alcanza la categoría y riqueza de la arbequina, una aceituna de frutos pequeños, que no llegan a pesar los dos gramos pero que cuentan con una pulpa muy grasa, da mucho y mejor aceite que el de otras variedades y cuenta con la ventaja de que su recolección es más temprana al resto de variedades.
El ‘begula’ de las olivas
El aceite de la arbequina consigue en el plato una serie de matices, aromas y sabores muy equilibrados, suaves pero intensos a la vez y que llega a combinar prácticamente con todo tipo de alimento. Asimilando cada tipo de aceituna con los diferentes tipos de caviar, entendidos definen la arbequina como la ‘beluga’ de las olivas. Su suavidad e intenso sabor que nos recuerda a los frutos y maduros le proporciona sus principales características. Se trata, en fin , de una variedad originaria de Palestina que introdujo en España en el siglo XVIIel duque de Medinaceli para cultivarla en su señorío de la Arberca, del cual toma su nombre En Arberca, localidad catalana, aún se da una importante producción en distintas zonas de Cataluña.
Volvamos a la ‘finca Lomopardo’. Allí radica la sede de ‘Explotaciones Agrícolas Manuel Caballero SA’. “Yo no he inventado ni descubierto nada”, repite Manolo. “Simplemente, he tratado de guardar la memoria de mi padre, su amor al campo y, al tiempo, de   recordar la importancia que tuvo el olivar en la historia de la ciudad. Es mi forma de ‘jerezanear’. Lo hago por Jerez, por su industria, por recuperar un cultivo que, como la vid, acompañó siempre la evolución económica de la ciudad”.
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La tradición olivarera en Jerez es antiquísima. Los fenicios trajeron los primeros olivos a la Península, los romanos mantuvieron su desarrollo y, cuando los musulmanes llegaron por estos lares en el siglo VIII el cultivo del olivar ya se encontraba sólidamente consolidado en nuestra campiña. El cartógrafo y geógrafo árabe Al-Idrisi,  cuyo mapa inspiró al arabista y filósofo Jaime Oliver Asín la defensa de la denominación geográfica del vino de Jerez ante la Corte inglesa en el célebre ‘pleito del sherry’, nos hablaba de una ciudad rodeada por numerosos olivos, higueras y viñas, que cultivaban pese a la prohibición del Corán.
El cartujo De la Peña
La mismísima directora del Museo Arqueológico, Rosalía González, nos habla de la tradición  olivarera en Jerez como un patrimonio industrial y cultural completamente olvidado, “cuya recuperación creemos que es necesaria como últimos testigos de una actividad importante en nuestro pasado”, y es el  investigador Antonio Mariscal Trujillo quien escribe que en la ciudad existieron no menos de treinta grandes molinos de aceite, amén de un rosario interminable de documentos y actas capitulares que recogen la tradición olivarera en la campiña.
Pasaron los años y los siglos. A principios del XVI, la superficie del olivar en Jerez estaba repartida, prácticamente, en manos de grandes terratenientes y de órdenes religiosas. Una de estas órdenes era la de los cartujos del monasterio de La Cartuja, de cuyos bienes fueron desposeídos con la desamortización de Mendizábal de 1835. Curiosamente, sobre los terrenos que hoy explota la sociedad de Manolo Caballero y que produce el aceite monovarietal ‘Monasterio de la Cartuja’, estaban asentadas las tierras en posesión de la orden cartujana, dedicadas al cultivo del olivar. Y de hecho, está catalogado un libro que narra la vida del cartujo Ramos de la Peña, monje con fama de santidad, en el que se menciona la dedicación que su orden dedicó a esta extraordinaria finca de olivares.
Un aceite monovarietal
Con el proyecto bajo el brazo, Manolo Caballero se lanzó a buscar una planta de molturación y envasado que le proporcionara la salida al mercado de su ‘Monasterio de La Cartuja’. Visitó las cooperativas de aceite serranas de Olvera, Setenil y un puñado más. Pero su exigencia fue en vano: Caballero no quería entregar su cosecha a una cooperativa que molturase junto al resto de lo recogido por  sus socios. Quería molturar su aceituna de forma separada, única, para obtener un aceite monovarietal, pero aquello suponía grandes quebraderos de cabeza para las cooperativas: que si el parón en las tolvas, que si el tratamiento exclusivo de ese aceite y un reguero de problemas que le hizo pensar en otra alternativa.
Echó entonces mano de su habilidad. Una carambola le llevó a sentarse frente a los responsables del grupo Acesur (Aceites del Sur), propietaria de marcas como Coosur o ‘La española’, un referente en el sector del aceite en España y entre las cinco primeras a nivel mundial. Acesur se dedica a la producción, tratamiento, refinado, envasado y comercialización de todo tipo de aceites.
Manolo expuso sus planes y Acesur no puso reparos. A su favor contaba con la temprana recolección de la arbequina, que  no obstaculizaría la producción de aceite del resto de variedades. Acesur se encargaría de hacer su propio aceite. Tendría su aceite de calidad gourmet, recuperaría un cultivo prácticamente desaparecido en la zona y revitalizaría la industria local, apostando decididamente por el futuro y el empleo.
Caballero era consciente del bajón de precios por kilo impuesto en el mercado, casi en la mitad de su valor, además de la subida en los portes. El envío de la cosecha a una fábrica cercana a Antequera y  su vuelta a Jerez ya envasado para su comercialización resultaba más costosa que su tratamiento en una cooperativa cercana, pero la falta de solución le obligaba a trabajar con el todopoderoso grupo sevillano. Eso no le amilanó.
Para adaptar el aceite ‘Monasterio de La Cartuja’ a todas los paladares y economías, puso precios muy competitivos. El consumidor puede adquirir este aceite en envases de 1 y 5 litros, cuando lo habitual es que los productos procedentes de arbequina se venden en formatos de menor contendido y más alto precio. No se quedó ahí. La sociedad ha sacado a la venta para paladares más exigentes un aceite especial ‘selección gourmet’, que se presenta en botellas de vidrio de 700 y 500 mililitros a precios más que asequibles.
Manolo sigue haciendo memoria. Con tan sólo 18 años, rechazó un contrato de trabajo en una fábrica de automoción francesa después de convencer al entonces director general de Sandeman, Hugo Hungrid, de la conveniencia de contar con un centro de reparaciones de la maquinaria que operaba en sus interminables viñedos. Y le convenció.
Cuando levantó su negocio de alquiler de máquinas cosecheras, su padre Francisco le avaló en la compra de la primera de ellas. Luego, ese padre humilde, recto y honrado, con su inseparable gorra que bajaba entre sus manos a la hora de dirigirse a los demás, se encontró con la muerte.
Manolo siguió adelante. Abrió una autoescuela, ‘Alameda’, y más tarde, un negocio de exportación de flores ’Sherryflor’, una apuesta que prosperó largos años pero que se vino abajo con el tiempo por la fuerte competencia que representaba la mano de obra de países africanos. Fue después cuando volvió a entrar en el mundo de la mecánica, que siempre le enganchó, con la estación de servicio ‘Los Álamos’, en la ronda este de la ciudad, que regenta desde hace algunos años. Y ahora, por fin, el negocio del aceite, otro sueño cumplido. Este hombre no se aburre.
Esta historia acaba donde la empezamos, entre interminables hileras de olivos que se reparten ordenadamente por las suaves lomas de la ‘finca Lomopardo’.  Y Francisco, aquél padre adorable  que contaba fábulas a sus cuatro hijos, sin verlo. Mala pata.

El Museo Activo del Aceite de Oliva aportará “investigación, innovación y desarrollo”
Ideal

6 comentarios:

Tomas dijo...

Estupendo aporte sobre oleoturismo. Tal y como esta el sector olivarero este tipo de iniciativas son muy positvas. Hay que diversificar el mundo aceitero. Desde www.visitaubedaybaeza.com así lo creemos por ello comenzamos a ofrecer paquetes de oleoturismo:

Oleoturismo en Jaén

Patrimonio Industrial Arquitectónico dijo...

Buenas tardes,
muchas gracias por su aportación sobre oleoturismo en Jaén.

Cádiz Industria Viva dijo...

Nos ha encantado el post. Nos dedicamos al turismo industrial en Cádiz (www.cadizindustriaviva.com) y tenemos varios ejemplos de oleoturismo. Te dejo el enlace para que puedas echar un vistazo. Y por supuesto, estáis invitados a la Sierra de Cádiz. http://cadizindustriaviva.com/index.php?option=com_sobi2&Itemid=38&lang=es

Patrimonio Industrial Arquitectónico dijo...

Muchas gracias por el comentario y por la aportación de la página. Espero poder ir en alguna ocasión a Cádiz.

Bernardo Gómez dijo...

Interesante artículo.... la recuperación del patrimonio vincualdo al aceite de oliva es, en gran medida, una asignatura pendiente.

Le adjunto dos enlaces a nuestra asociación OLEARUM, Cultura y patrimonio del Aceite,donde recogemos una extensa variedad de recursos, glosario, artículos y noticias relacionados con este mundo...

www.olearum.es

Recientemente hemos abierto una web dirigida a museos del aceite de oliva, en la que tratamos de enlazar esotos recursos -generelmente, almazaras recuperadas- con toda la hstoria de la producción del oro líquido...

www.museos.olearum.es

Patrimonio Industrial Arquitectónico dijo...

Muchas gracias por vuestro comentario y por la información, me apunto la página de museos del aceite de oliva para hacer una entrada.

un saludo